Había metido la rueda delantera en un agujero que quedaba en medio de la via entre dos rejillas de drenaje. Cuando pasa esto la bici se queda clavada en el sitio y el ciclista sale despedido por encima del manillar.
Afortunadamente solo me raspé la rodilla e hice algunas magulladuras en el brazo y a la bici sólamente se le dobló la patilla del cambio.
En ese momento no había ningun responsable en la tienda a quien comentarle lo que me había pasado. Les mandé un e-mail, tras comprobar que estaba operativo, detallando el peligro de dicha rejilla, proponiendoles soluciones al problema (tales como tapar el agujero, o juntar las rejillas dejándolo pegado a la pared y fijarlas para que no se movieran) para que no le vuelva a pasar a nadie, ya que las consecuencias de una caida así pueden ser bastante serias. Habiendo pasado un tiempo más que prudencial no he recibido respuesta.
Que el perfil medio de su clientela vaya a comprar en coche no justifica que puedan tener una trampa ciclista, saberlo y pasar de solucionarlo. Pero así son las cosas.
Así que nada, mucho ojo con este tipo de rejillas.